Algunos candidatos presidenciales incluyen en sus planteamientos cambiar la Constitución. Pero, ¿qué se debería incluir y qué cambios se plantearían para solucionar los problemas de la clase política y del país?

La campaña electoral avanza en Ecuador. Algunas propuestas de los candidatos llaman la atención por los cambios que plantean. Por ejemplo, echar abajo la Carta Magna, vigente  desde 2008, y elaborar una nueva Constitución.

Expertos explican los alcances de ese planteamiento, el mecanismo y lo que convendría incluir como cambios al redactar un nuevo texto.

Candidatos que plantean cambios a la Constitución

El presidente-candidato, Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (ADN), anticipó que cambiar la Carta Magna está sobre la mesa. Así lo reveló durante una entrevista en radio Democracia, el 23 de diciembre de 2024.

“Lo estamos analizando. Estamos analizando también cómo se constituiría esta Asamblea Constituyenteporque después de la última el reglamento cambió. La forma de proceder a una Asamblea Constituyente cambió. Pero de que tiene que haber reformas constitucionales profundas en el Ecuador, estoy convencido de eso (SIC)”, afirmó.

“No descartamos la realización de un proceso reconstituyente para re-institucionalizar el país”, señala Luisa González, candidata presidencial de la Revolución Ciudadana (RC), en su plan de gobierno presentado al Consejo Nacional Electoral (CNE). Destaca el “re-institucionalizar el país mediante un proceso constituyente participativo”.

Andrea González Nader, presidenciable del Partido Sociedad Patriótica (PSP), propone en su plan de gobierno “una nueva Constitución a través de diferentes mecanismos democráticos y participativos”. Detalla una “Asamblea Constituyente o referéndum nacional”, con la participación de expertos en derecho constitucional, académicos y representantes de la sociedad civil en el proceso de redacción de la nueva Constitución.

En una entrevista a revista Vistazo, del 7 de enero, González Nader refirió que en la Constitución de Montecristi aprobada hay un error: se cambió una “s”, en lugar de Estado de derecho se colocó como Estado de derechos. “Donde el asesino (…) vale más o está igual que el Estado de derecho de vivir tranquilos, ¿dónde estamos? Tienes que coger el antecedente del 76 y sentar en la mesa un consejo de expertos”, añadió. Para eso se debe hacer que la Fiscalía prosiga con una denuncia por supuesta falsedad ideológica y ver si esa Constitución es o no constitucional, si no lo es, se puede regresar momentáneamente a la Constitución de 1998, hasta que se apruebe una nueva, planteó.

Iván Saquicela, candidato de Democracia Sí. Dice: “No estoy de acuerdo con parches, reforma profunda, no puedo ser un Gobierno democrático con traje autoritario”.

Con una nueva Constitución, plantea regresar a los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), eliminar el Consejo de la Judicatura y establecer una Corte Suprema con organismo administrativo, superar el hiperpresidencialismo, un Estado descentralizado, permitir la inversión privada, atención preferente a víctimas y no a los infractores, cambiar el modelo penal hipergarantista por uno equilibrado y fuerte, y eliminar el mal concepto de ciudadanía universal.

Henry Cucalón, la carta de Construyeplantea reformas para algunos cambios como la reducción de asambleístas, un órgano bicameral, Senado y Congreso, que sumen menos que los 151 legisladores que se deben elegir en estas elecciones.

Henry Kronfle, postulante del Partido Social Cristiano (PSC) también propone reformas constitucionales, vía consulta popular.

Un solo mecanismo para contar con nueva Carta Magna

Esteban Polo, constitucionalista, recuerda que hay tres mecanismos para hacer modificaciones a la Constitución. La enmienda, que permite hacer cambios menos profundos, la reforma parcial, que posibilita hacer cambios más profundos alterando la estructura fundamental del Estado. “Por otro lado, se encuentra el cambio total de la Constitución, que es el cambio más fuerte porque conlleva a sustituir el texto constitucional por uno nuevo”, señala.

Dice que hay un procedimiento claro para ese cambio total, que es a través de una Asamblea Constituyente. Esto se encuentra definido en el artículo 444 de la Constitución: La Asamblea Constituyente solo podrá ser convocada a través de consulta popular, la cual podrá ser solicitada por el presidente de la República, por las dos terceras partes de la Asamblea Nacional, o por el 12% de las personas inscritas en el registro electoral. “Al establecer esto, se excluye cualquier otro mecanismo”, puntualiza Polo.

En el mismo artículo 444 se señala que la consulta popular deberá incluir la forma de elección de las y los representantes y las reglas del proceso electoral. La nueva Constitución, para su entrada en vigencia, requerirá ser aprobada mediante referéndum con la mitad más uno de los votos válidos. Es decir, “el proponente está obligado allí a presentar una propuesta de estatuto de cómo va a funcionar la Constituyente”, pero hay sentencias de la Corte Constitucional (CC) sobre cómo se debe presentar la solicitud, explica Polo.

Recomienda que, si el próximo presidente de Ecuador llega a plantear una Constituyente, esta debe resultar del diálogo y tener pluralidad, sin interferir en las funciones ordinarias del Estado, la propuesta del estatuto antes debe pasar por revisión de la CC.

El constitucionalista Emilio Suárez coincide en que para tener una nueva Constitución el único mecanismo es una Constituyente. Sobre el planteamiento de González Nader dice: “La CC no puede declarar que la Constitución es inconstitucional, porque no puede declarar inconstitucional normas constitucionales”, solo a normas inferiores. Tampoco se puede volver a una Constitución anterior, sino construir una con similares parámetros, eso no es técnica ni jurídicamente posible, resalta.

Ajustes con reformas parciales a la Constitución

Crear un órgano bicameral o eliminar el Cpccs son propuestas puntuales que pueden ser canalizadas a través de reformas parciales, sin necesidad de una Constituyente, según Polo. “Una Constitución es un cuerpo normativo que no va a cambiar la realidad del país, incide porque es el marco jurídico general de convivencia y de participación, pero no va a corregir los problemas”, dice al sugerir a los políticos actuar conforme a las herramientas existentes.

Sin embargo, recomienda hacer reformas de manera técnica para ajustar los puntos débiles, pero advierte que no es sano para una democracia que no exista fiscalización. Pero se pueden mejorar asuntos, ejemplifica: la Función Judicial, el rol de la Judicatura, los vetos presidenciales, revisar la muerte cruzada (cese de dos poderes del Estado) para establecer mayores controles. “A la Constitución hay que hacerle cambios, sí, hay que ajustar las piezas”, resume.

Suárez no es partidario de que se opte por la vía de una Constituyente: “A mí me da temor porque una Constituyente, dependiendo de quién llegue a conformarla y de sus intereses, puede expedir cualquier Constitución, mejor o peor de la que tenemos”.

No obstante, ve que entre los cambios se podría regular el sistema de partidos políticos imponiendo ciertos requisitos para poner orden a su crisis. También ve necesario establecer límites a la muerte cruzada: “Debería ser que, si se aplica la muerte cruzada, nosotros elijamos un Gobierno que va a durar cuatro años”. (KSQ).

Fuente: La Hora

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