En el centro cantonal de Girón, aparentemente hasta el momento se han aplicado más o menos bien las medidas de bioseguridad en contra de la pandemia, sin embargo, es menester mencionar que hemos detectado casos de personas que por los exámenes ya han pasado la enfermedad, lo que confirma que en un gran porcentaje (+ del 90%), la COVID-19 cursa con síntomas mínimos o asintomáticos, pese a lo cual no dejan de ser fuentes de contagio.
Esta irrefutable realidad nos induce a pensar que en nuestra población hay casos positivos de COVID-19 asintomáticos por lo que es oportuno insistir que NO DEBEMOS RELAJARNOS EN LAS MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD, antes por el contrario ( y ojalá nos equivoquemos), afirmar que todavía no hemos enfrentado a lo peor y que en algún momento tendremos que afrontarlo a sabiendas que la COVID 19 vino para quedarse, no habiendo medicación específica para su tratamiento peor que se avizore pronto una vacuna.
Insinuar a las autoridades del COE cantonal que no se permita el relajamiento en demasía, que se trabaje con pruebas para COVID-19 confiables al menos en un 95%, y no con aquellas que generan resultados harto dudados que conducen a decisiones apresuradas de autoridades que generan más daño a la población. Las medidas de bioseguridad tienen que ser las correctas, caso contrario no realizarlas, ejemplo de lo citado es la toma de la temperatura solo a los choferes que ingresan con sus vehículos a la ciudad, dejando de lado al resto de ocupantes. Craso error que en vez de precautelar se está potencialmente contribuyendo con la pandemia. No nos olvidemos del “chequeo” y protección permanente de las personas que realizan labores de bioseguridad, porque sus organismos están siendo víctimas de tóxicos cardio pulmonares y dérmicos, que son utilizados en la desinfección.
Lo descrito, es para sumar voluntades en la lucha contra una crisis sanitaria pero también económica y social. Las acciones sensatas de las autoridades y el compromiso de toda una población es lo prioritario en la lucha contra una pandemia que nos cambió la vida.
Hugo Lucero Luzuriaga
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