El número de alertas de incendios en todo el mundo en abril de este año aumentó en un 13 % en comparación con el 2019, el cual ya había sido un período récord para incendios en Sudamérica y el mundo.

Los factores principales son la persistencia de un clima más cálido y seco debido al cambio climático y la deforestación causada principalmente por la conversión de tierras para la agricultura. Los datos fueron revelados en un análisis de WWF y Boston Consulting Group (BCG).

Los seres humanos son los responsables del 75% de todos los incendios forestales, destaca el informe. Si continúan las tendencias actuales, habrá devastadoras consecuencias a largo plazo debido a la liberación de millones de toneladas adicionales de dióxido de carbono.

Esto se suma a los impactos inmediatos de los incendios que diezman la biodiversidad, destruyen ecosistemas vitales, amenazan vidas, propiedades, medios de vida y economías, y representan un riesgo de graves problemas de salud a largo plazo para millones de personas.

En la Amazonía brasileña, las cifras más recientes muestran que los incendios en 2020 superan en un 45 % al promedio de los últimos diez años. En julio se detectaron 6 803 incendios, un 28 % más que en el mismo período de 2019, debido a los altos niveles de deforestación ilegal.

Entre agosto de 2019 y julio de 2020, las alertas de deforestación fueron un 33 % más altas que en el mismo período del año pasado.

En Bolivia, entre enero y abril de 2020, hubo un incremento de 35 % en los focos de incendios, en comparación a 2019, año en el que más de 6,4 millones de hectáreas fueron afectadas por los incendios en el país, de las cuales 2 millones correspondieron a bosques. La deforestación es también un problema en Bolivia, que ocupa el cuarto lugar en el mundo de los países con la mayor pérdida de bosques tropicales.

Y en Paraguay, 904 800 hectáreas fueron impactadas el año pasado, de las cuales 204 500 forman parte de áreas protegidas. Según el Instituto Forestal Nacional, el Chaco y el Pantanal fueron los paisajes más afectados con 82 894 hectáreas de bosque autóctono impactado. El daño económico fue de al menos $ 91 millones. Considerando solamente a la biodiversidad, el hábitat de 702 especies de vertebrados que alberga el Pantanal se vio afectado en mayor o menor magnitud por el fuego.

El mundo fue testigo de las devastadoras consecuencias de los incendios del año pasado. Y, sin embargo, aquí estamos de nuevo. La proactividad y el compromiso deben estar en el centro de una respuesta global frente a los incendios y deben desarrollarse a nivel local, subnacional, nacional y regional. Prevenir los incendios antes de que ocurran es prioritario y mucho mejor que enfrentarlos cuando ya están ardiendo. Las buenas intenciones en el papel no significan nada si no se complementan con acciones reales y efectivas sobre el terreno, y estas acciones deben centrarse urgentemente en los bosques y abordar el cambio climático“, indicó Fran Price, líder global de bosques para WWF.

Las consecuencias, muy significativas, de estos incendios proporcionan un imperativo aún mayor para que todos los gobiernos aumenten su ambición sobre la acción climática en sus planes nacionales de clima y reducción de emisiones, y en el marco del Acuerdo de París. Los países tienen la oportunidad de hacer justamente eso este año.

El informe “Incendios, bosques y el futuro: una crisis fuera de control” profundiza en las tendencias de los incendios y lo que significan para las personas y el planeta, y establece algunas recomendaciones para abordar las causas clave.

“El fuego ha puesto en riesgo eco regiones importantes para el planeta y las personas. En América Latina, áreas como la Amazonía o el Pantanal, claves para regular el clima y mantener nuestras reservas de agua, han recibido el mayor impacto del fuego. Este es el momento para realizar acuerdos y compromisos para proteger y restaurar estas reservas naturales, además de incluir políticas para prevenir futuras emergencias, orientadas también a reducir la deforestación. Las conversaciones y las acciones concretas son clave en este momento para la naturaleza y un futuro más justo”, añadió Jordi Surkin, director coordinador del Gabinete de Conservación de WWF para América Latina. (I)

Fuente: El Universo

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