Para implementar un camal pequeño un Municipio debería invertir cerca de 8 millones de dólares.

Los camales oficiales son importantes para la salud pública, ya que cuentan con todas las medidas preventivas para el desposte (proceso de retirar la carne) y control sanitario de la carne de animales. Sin embargo, no todos los cantones de la provincia del Azuay cuentan con un camal.

Existen seis de estos centros que están catastrados y que están en los cantones: Cuenca, Girón, Gualaceo, Paute, Pucará y Sígsig, explicó Francisco Carrasco, técnico de inocuidad de alimentos de la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad). A más de estos, están registrados 13 “mataderos” artesanales y dos industriales que son privados.

 En el caso de los cantones que aún no cuentan con un camal, el técnico recordó que es potestad de los municipios el construir estos centros.

Carrasco comentó que hasta el 2016 se hacían controles a los “mataderos” cada mes, pero desde este año se realizarán cuatro anuales.
Desde julio del 2015 se han registrado 13 clausuras de “mataderos” clandestinos.

Controles

La labor de Agrocalidad consiste en verificar la parte sanitaria de los centros de faenamiento, es decir, cuando uno ya se instaló se hace una inspección para la habilitación del mismo.

Los técnicos trabajan con la Resolución 247 que es el manual para la inspección y habilitación de los camales, que está basada en la Ley de Sanidad Animal.

Con una lista de verificación se revisa los puntos de cumplimiento y de no cumplimiento con el que se obtiene un puntaje. “Si el camal obtiene un puntaje superior al 75 % se entrega la habilitación y un certificado. Los que no cumplan con el puntaje se solicita un plan de acción con una fecha de cumplimiento de lo requerido…”.

Romeo Sánchez, gerente general de la Emurplag EP, empresa municipal que tiene a su cargo el camal de Cuenca, comentó que una planta de beneficio animal, como se denominan a estos lugares, debe tener una línea de producción continua para que el animal sufra lo menos posible y que todo el proceso de desposte sea automático, en condiciones higiénicas necesarias para que la carne salga a una temperatura adecuada a los centros de expendio.

El centro de faenamiento municipal tiene corrales de espera, mangas (que son túneles por donde entran los animales) para las reses y los chanchos. Un cajón en donde se noquea al animal para que cuando pase al proceso de desangre, no sufra. Luego viene el despelleje, el cortado de la carne y retiro de las vísceras.

La carne va hacia los cuartos fríos y las vísceras son lavadas.

Para Sánchez es necesario que los cantones cuenten con un camal oficial, aunque para la construcción de uno pequeño que cumpla con las características el costo promedio está entre los seis y los ocho millones de dólares.

Los permisos de Agrocalidad son necesarios para que las instalaciones funcionen y se trate la carne en las condiciones adecuadas para preservar la salud de la población. (PVI)-(I)

MÁS DETALLES

– En el Camal Municipal de Cuenca diariamente se faenan cerca de 250 bovinos (reses) y aproximadamente 200 porcinos (cerdos) de lunes a viernes, indicó Romeo Sánchez, gerente de la Emurplag EP.

– Por año, en el camal se producen unos 20 millones de libras de carne de res y 10 millones de libras de carne de chancho. Los animales son traídos por productores privados y por fábricas que procesan carne y embutidos.

– Las personas pueden denunciar a los mataderos clandestinos que se encuentren en la provincia llamando a Agrocalidad: 4074-055 ó al 0983027603, informó Francisco Carrasco, técnico de la institución.

– Los técnicos de Agrocalidad también realizan controles en carreteras para verificar de dónde proviene la carne que se transporta. Entre las sanciones está la clausura de los camales clandestinos.

Fuente: El Mercurio

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