El sector de los restaurantes y servicios de alimentos fue uno de los que más sufrió el impacto de los apagones en el primer día de la medida

Los cortes de energía ya son una realidad en el Ecuador. Este viernes, 27 de octubre, fue el primer día de los racionamientos que estarán, según proyectan las autoridades, hasta mediados de diciembre. Las empresas y negocios sienten el impacto de las tres horas al día que están sin energía en la Costa y las cuatro horas en la Sierra y el Oriente.

Según estimaciones de la Cámara de Comercio de Quito, cada hora el sector comercial vende a nivel nacional $ 18 millones, lo que en este último trimestre del año significa el 30 % de las ventas totales para ese sector. Los racionamientos de energía fueron anunciados el jueves 26 de octubre por el ministro de Energía y Minas, Fernando Santos Alvite, debido a que el país no alcanza la generación óptima para cubrir la demanda energética por el estiaje. Entre la noche del jueves y la madrugada del viernes 27 las empresas eléctricas y las unidades de negocios de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) detallaron los horarios de los cortes para esta primera jornada.

Pero mientras los empresarios hicieron frente a este primer día de apagones, se sumaron los problemas para planificar con eficiencia las acciones para minimizar el impacto de los cortes en sus negocios, lo que muchos no pudieron aplicar este primer día por la falta de claridad en los horarios anunciados. Un caso es el de Morogrill. Francesca Ferrero, su propietaria, indicó que las distribuidoras de luz anunciaron que en Samborondón los cortes serán de 11:00 a 14:00 y en Urdesa central de 14:00 A 17:00, que son los sectores donde tiene sus restaurantes.

El corte de Samborondón la tenía preocupada porque estaba previsto justo en la hora del almuerzo, pero no se dio como anunció la empresa eléctrica y, en cambio, la energía se fue de 09:00 a 12:00. “Con eso se salva esa sucursal”, dijo aliviada la empresaria, pero aún le quedó el problema de Urdesa. Esperaba confirmar que a las 14:00 se vaya el suministro de energía, para desde el siguiente día poder planificar con sus trabajadores y sus clientes para los días posteriores, aunque sin la certeza de que los horarios para los siguientes días sean los mismos.

“Es la incertidumbre de todos los dueños, esperar a la hora de corte y poder planificar. Todos estamos preocupados porque los cortes son en horarios laborales, son en horas pico de producción donde no se va a poder ni siquiera receptar la materia prima, faenarla, se ponen en riesgo los congeladores por la pérdida eléctrica”, sostuvo la empresaria.

Tener una planta de energía tampoco es solución, lamentó Ferrero, pues la sucursal de Samborondón tiene planta, que es la del centro comercial donde funciona, y afirma que no abastece lo suficiente para poder asegurar los equipos de frío, para encender aires acondicionados y dar el servicio completo.

Mientras, en Urdesa una de las alternativas que maneja la empresaria para mitigar el impacto es partir la jornada en dos partes y cerrar en la mitad, es decir, durante el corte (de 14:00 a 17:00), otra posibilidad es cerrar completamente la jornada en la mañana y abrir a partir de las 17:00, y operar parcialmente. Sin embargo, ese turno de la tarde ya venía golpeado desde agosto pasado por la percepción de inseguridad con un 35 % al 40 % menos de la facturación.

“Sacamos el impacto de noviembre y perdemos el 40 % con el horario de 14:00 a 17:00″, agregó Ferrero.

Ahora, con este nuevo corte, la empresaria puso en duda la planificación para la temporada alta, de octubre hasta diciembre, como contrataciones de personal parcial. “Es complicado decidir, todo depende de qué va a pasar este fin de semana y la próxima semana”, expresó Ferrero. Hasta eso cotiza generadores de energía para su local de Urdesa y espera que la inversión no sobrepase los $ 10.000, al asegurar que no tiene opción. “Buscamos asegurar los mínimos requeridos para sostener la operación. Perder la venta del almuerzo en Urdesa nos obligaría a cerrar y reducir personal”, indicó.

Gremio de restaurantes responden al presidente Guillermo Lasso: No hay excusas que nos sirvan

El gremio de restaurantes y servicio de alimentos y bebidas que agrupa a Agrepi (Agremiación de Restaurantes de Pichincha), Asorest (Asociación de Restaurantes del Guayas), Asocerv (Asociación de Cervecerías Artesanales del Ecuador), Buro del Centro Histórico de Quito, entre otros, también expresaron su preocupación por los apagones justamente en la temporada a la que se refirió Ferrero.

“Estos cortes de energía representan un riesgo significativo para la inocuidad de nuestros productos y la continuidad de nuestras operaciones. La industria restaurantera se ve afectada con consecuencias económicas graves, daños en equipos, y lo que es aún más importante, la posibilidad de poner en peligro la salud de nuestros clientes debido a la falta de suministro eléctrico”, advirtió el gremio.

Ante las quejas por los apagones, en X (Twitter) el presidente de la República, Guillermo Lasso, “lamentó” los cortes de energía y los justificó señalando: “Vivimos el peor estiaje no visto en los últimos 50 años. Además, el consumo ha crecido un 15 % y la generación de energía es insuficiente para cubrirlo”. El gremio de restaurantes respondió al primer mandatario: “No hay excusas que nos sirvan, sin energía no hay ambiente, no hay ventas con plataformas, pagos de servicios inútiles de TV paga, internet, música, etc. No podemos decir clientes regresen a almorzar cuando la tengamos, no somos fábricas ni empresas grandes con planta”.

Exportadores preocupados por una nueva desventaja competitiva

El comercio exterior también siente el impacto. La Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) lamentó que el sector está en desventaja con los apagones. “Manifestamos nuestra profunda preocupación e inconformidad ante el repentino anuncio de racionamientos eléctricos que tendrán graves efectos en toda la cadena de producción exportadora, particularmente en sectores altamente intensivos en uso de energía como alimentos y manufacturas de exportación”, adelantó el gremio.

Advirtió que la falta de suministro eléctrico pone en riesgo la continuidad de la producción y profundiza la brecha que existe entre los productos de exportación ecuatorianos y los de los competidores de la región que no enfrentan esta desventaja.

Por ejemplo, en el sector bananero, habría un impacto en menor escala en las fincas que trabajan con energía eléctrica, que son un porcentaje mínimo, dijo Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano del Ecuador (Acorbanec), aunque lo que sí prevé que presente un fuerte impacto son las industrias que abastecen de productos al banano como las cartoneras y la parte comercial con las oficinas de las exportadoras que pueden afectar la parte logística y operativa. 

Fuente: El Universo

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