Se conmemoran los 204 años de la revuelta que marcó el comienzo de la guerra de independencia de la Real Audiencia de Quito -hoy llamada República del Ecuador.

El 9 de octubre es una de las fechas históricas que se tiene en el país, esto porque marcó el inicio de la ruta independentista en lo que hoy es Ecuador. Actualmente la fecha es parte del calendario de feriados que aplica a nivel nacional.

Es habitual que cada año se organicen eventos para conmemorar la fecha, especialmente en Guayaquil. Los estudiantes participan de un pregón por las principales calles de Guayaquil, así como también se organizan sesiones solemnes donde se premian a organizaciones o personas destacadas.

Fue en 1820 cuando un grupo de patriotas liderados por el poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo y por José de Villamil pusieron fin al dominio español en Guayaquil.

La libertad pronto se extendió a toda la provincia de Guayaquil, un territorio de 53.000 km² que entonces comprendía lo que hoy es Guayas, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, El Oro, Cañar, así como parte de Esmeraldas y Tumbes.

La independencia porteña marcó el comienzo de la guerra de independencia de laReal Audiencia de Quito -hoy llamada República del Ecuador– como parte de las guerras emancipadoras de Hispanoamérica.

El único muerto que hubo en la Revolución de Octubre fue el español comandante Joaquín Magallar, quien fue muy llorado por todos los guayaquileños, inclusive por los revolucionarios, ya que no solo era muy querido, sino que se iba a casar con una chica perteneciente a una de las más importantes familias de la ciudad.

¿Cómo se dieron los hechos?

Este suceso histórico no fue espontáneo. Por aquel entonces había descontento entre varios militares y ciudadanos por el manejo de la provincia de Guayaquil por parte de los hispánicos. Villamil se encargó de pregonar las ideas libertarias y sumar adeptos a la causa. La emancipación quedó pactada durante una fiesta que Isabelita Morlás -hija de Pedro Morlás, tesorero de Hacienda- organizó la noche del 1 de octubre en la casa de Villamil.

A la fiesta llegaron José de Antepara, Luis Fernando Vivero, Vicente Ramón Roca, Gregorio Escobedo, así como los militares venezolanos Luis Urdaneta, León de Febres Cordero y Miguel de Letamendi, que estaban de paso por Guayaquil al ser separados del Batallón Numancia por sus ideales independentistas.

Mientras la fiesta se desarrollaba con normalidad en el salón principal del inmueble, en uno de los cuartos los patriotas estaban concentrados planificando la revuelta. Este encuentro fue catalogado como la Fragua de Vulcano por José de Antepara, haciendo referencia al dios romano del fuego y del metal.

Olmedo entonces estaba siendo observado de cerca por las fuerzas realistas debido a sus ideales independentistas, por lo que evitó ir a la reunión para no levantar sospechas sobre la causa libertaria. No obstante, el jueves 5 los patriotas se reunieron en la casa del poeta para consolidar el plan emancipador.

El sábado 7 se esparcieron rumores de que el gobernador Juan Pascual Vivero había descubierto la revolución. A pesar de las dudas de ciertos participantes, Febres Cordero los animó para seguir con el plan.

Ya el domingo 8, el gobernador Vivero ordenó a los granaderos el patrullaje sobre el malecón. Luego de los controles volvieron a los cuarteles. Cerca de las 20:00, Febres Cordero y Damián Nájera, perteneciente a la Brigada de Artillería, acudieron al cuartel de la brigada, ubicada en el antiguo edificio Crillón, en la actual plaza de la Administración. Los casi 250 efectivos del sitio se sumaron a esta causa.

Dos horas después, los insurgentes se tomaron el cuartel de los Granaderos de Reserva, situado en las actuales avenida Malecón y 10 de Agosto, y también los bajos de la entonces Casa Consistorial, que era la sede del cabildo local.

Urdaneta y Antepara se tomaron la Batería de las Cruces, en el sur de la ciudad. Luego acudieron hacia el cuartel de la Escuadra Daule, en el que murió Joaquín Magallar, jefe del batallón.

Al borde de la medianoche, los patriotas apresaron a Benito García del Barrio, comandante de los Granaderos de Reserva, el batallón más numeroso acantonado en la ciudad. Las tropas se tomaron la vivienda de este jefe militar, en el predio donde hoy se asienta la Biblioteca Municipal, en 10 de Agosto y Pedro Carbo.

Cerca de las 04:00, los revolucionarios se apoderaron del Fortín de la Planchada. A esa hora, el gobernador Vivero ya había sido apresado. Los demás jefes militares de la provincia se entregaron.

Al brillar la aurora gloriosa del 9 de Octubre de 1820, los patriotas gritaron que Guayaquil era libre del Reino de España.

A las 10:00 se conformó una Junta de Gobierno, compuesta por Gregorio Escobedo, Vicente Espantoso y Rafael Ximena. Entonces fue enarbolada la bandera de Guayaquil independiente, compuesta de cinco franjas horizontales, tres azules, dos blancas y tres estrellas en el centro.

Los patriotas se reunieron en la Casa Consistorial y firmaron el Acta de Independencia. Olmedo aceptó el cargo de gobernador civil de la plaza. Días después, él fue nombrado jefe político y Escobedo, comandante militar.

Fuente: El Universo

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