El próximo mandatario debe valerse del apoyo de EE. UU.
El pedido de cooperación estadounidense no afecta a la soberanía de Ecuador. Expertos dicen que habrá resultados en corto plazo
Más vale tarde que nunca. Así es como expertos describen la firma de los acuerdos que Ecuador celebró con Estados Unidos la semana anterior.
El primero se denomina Shipriders, que consiste, según el canciller ecuatoriano Gustavo Manrique, en el combate de actividades ilícitas, tales como narcotráfico, trata de personas, combustible, de armas y pesca ilegal vía marítima.
El segundo es en relación con el “marco jurídico” que permitirá el funcionamiento de Shipriders. De acuerdo a lo anunciado por Manrique, se delinea el “ingreso temporal de tropas o funcionarios norteamericanos para actividades específicas” como un operativo “y de ahí se retiran”.
El ministro agregó que para llegar a ello, primero debe existir una previa coordinación con las fuerzas del orden de Ecuador con una serie de protocolos para intervenir.
Para la Ph. D. en Ciencias Jurídicas Irene Valencia, la iniciativa no afecta a la soberanía del Ecuador, porque al ser un Estado de derecho es parte de la comunidad internacional y, además, firmante de varias convenciones que permite el trabajo en conjunto de las naciones.
“Es verdad que tenemos autonomía e independencia en la toma de decisiones internas, pero cuando se firman los convenios internacionales, nosotros aceptamos mediante acuerdos que intervengan en la seguridad nacional, y con la firma los involucramos en la lucha contra la droga, que sí tiene que ver porque uno de sus principales destinos es en ese país”.
Desde la vigencia de la Constitución de 2008, se dio la prohibición de bases extranjeras en el país. Sin embargo, Manrique expuso ayer que en lo que queda de la semana enviará los documentos a la Corte Constitucional (CC), para que los revise y emita sus criterios correspondientes.
No obstante, el experto en seguridad Nelson Yépez indica que la CC “no puede ponerse exquisita en medio de tantos problemas de seguridad y decir no aplica, sí aplica. Por no trabajar en una sola línea es que hemos llegado donde estamos. Pero si es que no apoya a este acuerdo con EE. UU., es necesario recordar que la Unión Europea (UE) también está interesada en tratar de ayudar”.
Yépez pondera en que a los funcionarios ecuatorianos, les corresponde “insistir e insistir” para que se cumpla con lo firmado en el acuerdo, porque “la delincuencia no espera ni esperará que el Estado ecuatoriano esté en igualdad de condiciones para una verdadera lucha contra el narcotráfico”.
Para Yépez, los resultados del acuerdo serán inmediatos porque Estados Unidos cuenta con comunicaciones, tecnología, información, recursos logísticos y de personal para ser más efectivos en la aprehensión de quienes sean capturados en delitos.
“Ya estamos atrasados, pero nunca es tarde para iniciar bien”, concluyó. No obstante, Valencia y Yépez exponen que es necesario que quien sea escogido como presidente o presidenta del Ecuador en el proceso electoral vigente debe mantener las buenas relaciones y el acuerdo para fortalecer la seguridad en el Ecuador durante su corto período de mandato.
“Se trata de lograr la seguridad interna que debe garantizar el Estado que tanto se ha buscado en los últimos años y no se ha logrado y, bueno pues, ahora está la opción de una cooperación internacional. Porque no solo será personal, sino que viene la ayuda como logística que no tenemos para ir contra el narcotráfico”, resaltó Valencia.
El intercambio de información
La iniciativa es positiva siempre que exista un intercambio permanente de información con las instituciones ecuatorianas. Así lo considera el director del Observatorio del Crimen Organizado, Renato Rivera Rhon, quien resalta que no existirán bases extranjeras en el territorio y que además ‘viene bien’ porque la “Armada ecuatoriana es bastante limitada y sería bueno ampliar los detalles para entender las capacidades de investigación y ver las cuestiones relacionadas con rutas por el océano Pacífico para entender quiénes están detrás”.
Además, sostiene que la violencia criminal en las calles no responde a la mayor incautación de droga, sino al aumento de la producción y la falta de control. Agrega que el compromiso viene luego de varios años del fortalecimiento de las relaciones.
Fuente: Expreso