En centros de tatuajes ha aumentado la demanda del servicio.

Leonardo, comerciante de la Bahía de Guayaquil, se hizo hace quince años un tatuaje de un tigre en el brazo derecho. En esta semana, esa imagen le costó momentos de angustia durante un operativo militar.

“Tenía un tigre en el brazo y casi me llevan los militares. Me revisaron los antecedentes; expliqué que no tengo nada que ver, toda mi vida trabajando en la Bahía de forma honrada”, comentó el hombre, de 45 años, quien acudió a cubrirse ese tatuaje para evitar un nuevo problema.

En el marco de la declaratoria del estado de conflicto armado interno, según el Decreto Ejecutivo 111, vigente en Ecuador desde el martes 9 de enero, el Gobierno reconoció como grupos terroristas a 22 bandas delictivas del crimen organizado transnacional y dispuso a la fuerza pública neutralizarlas.

Muchas de estas bandas tienen nombres de animales, como Los Lobos, Los Tiguerones (tigres), Águilas, Los Lagartos y demás. Muchos de los integrantes de estas agrupaciones tienen tatuados en el cuerpo los animales que se ajustan a la banda a la que pertenecen.

Y por eso desde entonces hay ciudadanos que buscan camuflar o retirar de su cuerpo estos dibujos que los podrían relacionar con el mundo delictivo.

En medio de aquello, principalmente en redes sociales, ha surgido el debate de que no necesariamente quien tenga tatuada una imagen similar pertenece o integra una agrupación delictiva.

¿Y cómo realizan el camuflaje del tatuaje anterior?

‘Cover-up’, la tendencia que empieza a tomar fuerza en Guayaquil para evitar relación con agrupaciones delictivas. Fotos: César Muñoz/API Foto: API

La técnica se llama cover-up y se ha convertido en una tendencia en los centros de tatuaje en Guayaquil. En esta última semana hubo una gran demanda luego de los hechos violentos ocurridos en el país.

Gouda de Girena, propietario de 11-11 Galery Tattoo, explicó que se han duplicado las coberturas de tatuajes; ya no llegan tanto para hacerse tatuajes, sino para cubrirlos. En estos últimos días se han realizado 20 de estos servicios en su local.

En eso coincide el artesano Janio Navarrete, quien señaló que en su estudio, en el norte de Guayaquil, antes se hacían uno o dos cover-ups en la semana, y ahora son entre seis y siete a la semana.

“El cover-up es un proceso; es costoso y largo. Para camuflar hay que diseñar una imagen con la que se pueda tapar el tatuaje inicial. Luego se hace un trabajo con capas. Hay que neutralizar la imagen debajo y desviar la atención para que no se den cuenta de que hubo algún tatuaje allí”, comentó.

Él agregó que el cover-up va desde $ 80 para cubrir algo pequeño. Si es más grande, el costo aumentará dependiendo del diseño y las sesiones que se necesiten para cubrirlo por completo.

Por ejemplo, hay pacientes que llegan a borrarse lobos, tigres o águilas.

Ciudadanos acuden a camuflarse tatuajes de diversos tamaños e imagenes. Fotos: Cortesia 11-11 Gallery Tatoo/API Foto: API

¿Todos los tatuajes son aptos para ser camuflados?

Marcelo, de un centro de tatuaje en el sur de la ciudad, explicó que los clientes tienen dos opciones: la técnica cover-up, que es para camuflar el dibujo, y la del láser, que es para borrar el tatuaje.

Sin embargo, no todos los tatuajes son aptos para ser tratados con láser.

El experto comentó que hay tintas muy oscuras, que son muy difíciles de desaparecer con láser y que por eso sugieren el cover-up.

Además que hay que tener mucho cuidado con estos procedimientos; se debe realizar con un profesional. Y tener cuidados posintervención, como no tomar bebidas alcohólicas y no comer alimentosirritantes, porque pueden ocasionarle una inflamación o infección en la herida. (I)

Fuente: El Universo

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