Haces pocos días en nuestro país, una noticia causó impacto en toda la sociedad, en efecto, casi un centenar de niños habían sido abusados sexualmente por algunos “profesores” en el Colegio réplica Aguirre Abad de Guayaquil, esta noticia alarmó a toda la población y motivó a nuevas denuncias sobre casos similares, apareciendo otras provenientes de nuevos establecimientos de educación y en diferentes ciudades. El abuso sexual infantil está considerado como una de las formas más graves y devastadoras en la vida de las niñas y los niños que lo sufren, a pesar de ello, siempre ha estado presente sin que se visibilice por parte de la sociedad y de manera especial del Estado y de las organizaciones que velan por los derechos de la niñas, niños y adolescentes. Ahora aparecen impactantes los casos y recién nos damos cuenta que es un problema que transgrede las normas sociales con consecuencias negativas en la vida y el desarrollo de las niñas y niños víctimas y por otro lado cuando recién nos acordamos que el niño ya fue reconocido como un sujeto de derechos, ante las agresiones de adultos a través del engaño, la fuerza, la mentira o la manipulación.
Creemos que la justicia debe actuar en forma urgente y objetiva, y de manera permanente, no esperando denuncias que causen conmoción nacional y generen un mal predicamento al país. Pero, lo más importante no radica en la acción punitiva sino en la preventiva, evitando que se presenten estos casos que desdicen de la calidad humana, y más bien sembrando y cultivando buenas actitudes y valores en el núcleo social que es la familia, en los centros educativos, en todos los espacios en donde se presenten relaciones intergeneracionales; todo lo descrito a través de una revisión de las competencias en muchos niveles del Gobierno y de la sociedad, involucrando el cuidado y el buen trato a lo que denominamos: “el futuro de la sociedad: las niñas, los niños y los adolescentes”.
Dr. Hugo Lucero Luzuriaga
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