Rusia afirmó este martes ser el primer país en registrar oficialmente una vacuna contra el coronavirus y declararla lista para su uso. Sin embargo, aún hay escepticismo internacional.

Como una forma de mostrar la confianza en el proyecto, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que una de sus hijas ya se había vacunado.

Putin dijo que su hija había tenido 38 grados en el día de la primera inyección, pero que al día siguiente bajó a 37 grados. Además de que tras la segunda inyección volvió a tener una leve subida de la temperatura, pero eso fue todo.

“Se siente bien y tiene un alto número de anticuerpos”, añadió Putin, quien no especificó cuál de sus dos hijas -Maria o Katerina- se había vacunado.

En un comunicado, el Ministerio de Salud dijo que se esperaba que la vacuna diera hasta dos años de inmunidad ante el nuevo coronavirus.

Cuando se anunció que se habían completado los ensayos surgieron preguntas sobre la seguridad y eficacia del fármaco. Algunos expertos se burlaron de las afirmaciones de las autoridades rusas sobre que el fármaco producía la respuesta inmune deseada sin efectos secundarios significativos, señalando que esas afirmaciones debían ir respaldadas de datos científicos publicados.

La Organización Mundial de la Salud afirma que todas las posibles vacunas deben completar las fases de ensayo antes de ser distribuidas. Los expertos han advertido que las vacunas que no completen las pruebas pueden resultar dañinas de diversas formas, desde un impacto negativo en la salud a crear una falsa sensación de seguridad o socavar la confianza en las vacunas.

En medio del anuncio también se recordó que Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá acusaron el mes pasado a Rusia de utilizar hackers para robar investigaciones sobre vacunas de laboratorios occidentales. (I)

Fuente: El Universo

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Notigirón, emisión 10 de agosto del 2020

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