Planteamos cinco escenarios calculados en base a los resultados históricos de las últimas votaciones.

¿Habrá segunda vuelta en las elecciones generales anticipadas en Ecuador? Esa es la gran pregunta que se han hecho miles de ciudadanos en los últimos días.

A siete días de que se realicen esos comicios, este Diario publica un exhaustivo análisis matemático sobre la cantidad de votos que necesitaría un binomio para ganar en la primera vuelta en la elección presidencial del próximo 20 de agosto.

Para desarrollar estos cálculos no fue necesario tomar en cuenta las encuestas elaboradas por las diversas personas naturales o jurídicas autorizadas para ello por el Consejo Nacional Electoral (CNE), pero sí fue indispensable registrar los resultados históricos de al menos los seis procesos electorales que se han realizado en el presente siglo en el país (entre el 2002 y el 2021).

Estas proyecciones de sufragios necesarios para ganar en la primera vuelta dependerán principalmente de tres indicadores: el ausentismo, los votos nulos y los votos blancos.

De esos seis últimos procesos electorales en los que se tuvo que elegir al Presidente y Vicepresidente de la República, el mayor porcentaje de ausentismo se dio en los comicios del 20 de octubre de 2002, con el 35,02 %, durante la primera vuelta. Pero el récord de mayor inasistencia a sufragar en una primera vuelta en Ecuador lo registra aún el proceso electoral del 31 de mayo de 1998, con el 35,83 %. Desde el proceso del 2013 el ausentismo ha ido descendiendo hasta ubicarse en menos del 20 % (18.97 % en los últimos comicios presidenciales de una primera vuelta, el 7 de febrero de 2021, (con una inasistencia de 2′484.276 empadronados).

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En cuanto al mayor porcentaje de votos en blanco registrado en el presente siglo se dio en el proceso electoral del 26 de abril de 2009, con el 6,74 %, pero el récord desde el retorno a la democracia (1979) se marcó el 31 de enero de 1988, con el 8,21 %. Este indicador electoral bajó hasta el 1,89 % en la primera vuelta del 17 de febrero de 2013, pero desde esa fecha ha vuelto a subir hasta ubicarse en el 3,10 % en los comicios del 7 de febrero de 2021 (329.445 personas dejaron en blanco la papeleta).

Los votos nulos han ido variando en porcentaje en los últimos seis procesos electorales para elegir Presidente y Vicepresidente de la República, alcanzando el récord, en una primera vuelta, el 15 de octubre de 2006 con el 11,84 %. El registro más bajo se dio el 16 de julio de 1978, con el 5.92 %. Y en la reciente elección en una primera vuelta, el 7 de febrero de 2021, se marcó un 9,55 % de votos nulos (1′013.395 personas anularon la papeleta).

En cuatro de las últimas seis elecciones presidenciales se tuvo que ir al balotaje (años 2002, 2006, 2017 y 2021) al no alcanzar el binomio ganador un mínimo del 40 % de votos válidos y además, una ventaja de al menos 10 % sobre el que quedó segundo.

Solo en los años 2009 y 2013 Rafael Correa ha podido ganar en una sola vuelta, pero el voto de esa línea política, conocida actualmente como Revolución Ciudadana, aunque ha quedado líder en la primera vuelta del 2017 y 2021, ha ido bajando su votación tanto en lo cuantitativo como en lo porcentual, con 3′716.343 sufragios (39,36 % de los votos válidos) en el 2017, y 3′033.791 sufragios (32,72 % de los votos válidos) en el 2021, respecto a la elección del 2013 (4′918.482 sufragios y 57,17 % de los votos válidos), considerando además que desde el 2013 hasta la elección de hace dos años, el padrón electoral ha aumentado en 1′432.672 personas, lo que equivale a un incremento del 12,28 %.

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Si comparamos con relación al padrón total de electores de cada uno de los doce procesos eleccionarios, entre primera y segunda vueltas desde el retorno a la democracia (hace 44 años), nos damos cuenta de que Jaime Roldós Aguilera fue quien más aceptación tuvo al conseguir 49 sufragios de cada 100 personas aptas para sufragar (cifra contabilizada no sobre los votos válidos, sino sobre el padrón total) el 29 de abril de 1979; y si contrastamos los resultados de cada candidato, en una primera o segunda vuelta, respecto solo a los votos válidos (se presentaron a sufragar y no lo hicieron ni en blanco, ni nulo), sigue siendo Roldós el de mayor aceptación, con 68 de cada 100 personas que le dieron el voto ese 29 de abril ante el otro finalista que fue Sixto Durán-Ballén.

A continuación, un cuadro que revela la aceptación de cada candidato ganador de una elección presidencial respecto al total de personas aptas para sufragar:

AñosPresidente electoAceptación por cada 100 empadronados
1979Jaime Roldós49
2013Rafael Correa42
2017Lenín Moreno39
2006Rafael Correa38
1992Sixto Durán-Ballén37
1984León Febres-Cordero37
1988Rodrigo Borja36
2021Guillermo Lasso35
2002Lucio Gutiérrez34
1996Abdalá Bucaram34
2009Rafael Correa34
1998Jamil Mahuad31

Respecto al padrón total, la aceptación de los otros once mandatos presidenciales fueron: León Febres-Cordero (37,00 %, el 6 de mayo de 1984); Rodrigo Borja (36,59 %, el 8 de mayo de 1988); Sixto Durán-Ballén (37,59 %, el 5 de julio de 1992); Abdalá Bucaram (34,30 %, el 7 de julio de 1996); Jamil Mahuad (31.71 %, el 12 de julio de 1998); Lucio Gutiérrez (34,38 %, el 24 de noviembre de 2002); Rafael Correa (38.38 %, el 26 de noviembre de 2006); Rafael Correa (34,04 %, el 26 de abril de 2009, en una sola vuelta); Rafael Correa (42,13 %, el 17 de febrero de 2013, en una sola vuelta); Lenín Moreno (39,50 %, el 2 de abril de 2017); y Guillermo Lasso (35,53 %, el 11 de abril de 2021).

Se preguntarán ¿por qué si Correa ganó en el 2009 en una sola vuelta con el 51,99 % de votos válidos, tuvo una baja aceptación respecto al padrón total (34 de cada 100)? Pues la respuesta es simple, porque sus 3′586.439 sufragios representaron solo el 34,06% del padrón total de ese año (10′529.765 personas). Y ¿qué pasó entonces con los otros 6′943.326 empadronados? La respuesta: 3′311.473 votos fueron para los otros siete binomios, 534.149 votaron en blanco, 496.687 anularon su voto y los restantes 2′601.017 prefirieron no presentarse a sufragar.

Si la aceptación de cada uno de los presidentes electos la comparamos solo contra los votos válidos en cada uno de los comicios, eliminando los votos blancos y nulos, el cuadro se presentaría así:

AñoPresidente electoAprobación por cada 100 votos válidos (%)
1979Jaime Roldós68
1992Sixto Durán-Ballén57
2013Rafael Correa57
2006Rafael Correa56
2002Lucio Gutiérrez54
1996Abdalá Bucaram54
1988Rodrigo Borja54
2021Guillermo Lasso52
2009Rafael Correa51
1984León Febres-Cordero51
1998Jamil Mahuad51
2017Lenín Moreno51

Nota: cuando se registre empate en el porcentaje de votos válidos con el que ganaron (por ejemplo Correa, Febres-Cordero, Mahuad y Moreno, todos con 51), la ubicación final en el cuadro se ha definido con los dos decimales en el resultado de cada presidente electo.

La segunda vuelta de 1979 fue la que tuvo la diferencia más holgada entre los dos finalistas (36,98 % a favor de Jaime Roldós) y la del 2017 fue la que registró la victoria más apretada (2.32 % a favor de Lenín Moreno).

En cambio, la mayor diferencia de triunfo en una sola vuelta se dio el 17 de febrero de 2013, con el 34,49 % a favor de Rafael Correa.

Escenarios para ganar en una primera vuelta

Hemos planteado cinco posibles escenarios que se podrían dar el 20 de agosto próximo, tomando en cuenta los resultados históricos de las últimas elecciones presidenciales y las variables de ausentismo, votos blancos y votos nulos.

En un primer escenario tomaremos en cuenta el promedio en porcentaje de las tres últimas votaciones para Presidente y Vicepresidente de la República (años 2013, 2017 y 2021), lo que nos resulta una proyección de un 18,72 % de ausentismo probable; un 2,58 % de votos blancos y un 7,94 % de nulos.

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Esto significa que, cumpliéndose estrictamente esos tres porcentajes proyectados (de ausentismo, blancos y nulos), para que un binomio gane en primera vuelta necesitaría obtener al menos 3′807.853 votos y que su inmediato perseguidor o escolta no acumule más de 2′855.176 sufragios. Recordemos que Lenín Moreno llegó a los 3′716.343 votos y Andrés Arauz, a los 3′033.791, en 2017 y 2021, respectivamente, y aunque quedaron en primer lugar no les alcanzó para ganar en una sola vuelta y debieron ir al balotaje.

En el segundo escenario mantenemos el promedio de cálculo para el ausentismo (18,72 %) y los votos blancos (2,58 %), y solo consideramos un incremento de los votos nulos respecto a lo que pasó en la elección del 2021. Proyectaremos un máximo del 11,84 % que fue el resultado registrado en la primera vuelta del 2006, como techo referente dentro del presente siglo.

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De darse esos porcentajes proyectados de ausentismo y de votos en blanco, y de alcanzar un máximo de 11,84 % de votos nulos (esto es, que de cada diez personas que vayan a sufragar al menos una anule su voto), la cantidad necesaria para que un binomio gane en primera vuelta sería de 3′597.980 sufragios, siempre y cuando el que quede segundo no acumule más de 2′697.810 votos.

Para el escenario tres mantenemos las proyecciones de un 18,72 % de ausentismo probable y un 7,94 % de nulos, pero aumentaremos el porcentaje de votos en blanco hasta el máximo de 6,74 %, tope histórico del presente siglo alcanzado en el 2009.

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De cumplirse o aproximarse esos tres porcentajes proyectados (de ausentismo, blancos y nulos), para que un binomio gane en primera vuelta necesitaría obtener al menos 3′583.988 votos y que su inmediato perseguidor o escolta no acumule más de 2′687.319 sufragios.

Se presenta un cuarto escenario que es manteniendo las proyecciones de un promedio del 2,58 % de votos en blanco y un 7,94 % de nulos, pero consideraremos un mayor porcentaje de ausentismo hasta el máximo de 24,70 %, tope registrado en las últimas cuatro elecciones.

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De cumplirse o aproximarse esos tres porcentajes proyectados (de ausentismo, blancos y nulos), para que un binomio gane en primera vuelta necesitaría obtener al menos 3′279.403 votos y que su inmediato perseguidor o escolta no acumule más de 2′458.938 sufragios.

Y un quinto escenario planteado es incrementando los tres indicadores: el ausentismo y los votos nulos y en blanco hasta un poco más de lo registrado en la anterior elección del 2021, para llegar a un 20 %, 10 % y 5 %, respectivamente.

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De llegar a darse esos tres porcentajes proyectados para que un binomio gane en primera vuelta necesitaría obtener al menos 3′497.886 votos y que su inmediato perseguidor o escolta no acumule más de 2′622.759 sufragios. (I)

Fuente: El Universo

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